Elaborado por: Oscar E. Hernandez B
Gerente Colombia & Ecuador
Weizur Colombia
Manejar la calidad de la leche y preservar la salud de la ubre es un reto permanente en cualquier sistema de producción. Sin embargo, ese desafío adquiere una dimensión mucho mayor cuando llegan las temporadas de lluvia, el frío intenso y los vientos fuertes. En esos momentos, mantener los pezones en condiciones óptimas no solo es deseable: es crítico para prevenir mastitis y evitar pérdidas económicas.
A continuación, se presentan recomendaciones prácticas para mitigar los efectos del clima severo y fortalecer las medidas de sanidad en la lechería.
- Pezones sanos: La primera barrera contra la mastitis
Una piel de pezón íntegra y libre de irritaciones es uno de los elementos más importantes del sistema natural de defensa de la vaca. Pequeñas resequedades o irritaciones aumentan la vulnerabilidad frente a microorganismos como Staphylococcus aureus, entre más de 100 agentes causantes de mastitis. Raab (1990) demostró que incluso lesiones leves comprometen la resistencia del pezón.
Para evitarlo, es fundamental utilizar selladores de alta calidad, formulados con germicidas efectivos y emolientes que favorezcan la recuperación y protección de la piel, especialmente bajo condiciones de lluvia, barro y humedad persistente.

Imagen 1. Importancia de un buen sellador en el pezón.
- Rutina de ordeño: Más rigurosa en clima extremo
Durante épocas de frío, heladas o lluvia constante, la piel húmeda pierde sus protectores naturales y se vuelve más propensa a sufrir lesiones. Por ello, reforzar el protocolo de preparación en el ordeño no es opcional, es indispensable.
El presellado (pre-dipping) debe aplicarse a todas las vacas, permitiendo entre 20 y 30 segundos de contacto antes de secar cuidadosamente con toallas de papel limpias y adecuadas. Después del ordeño, es imprescindible sellar completamente el pezón con un sellador o un sellador de barrera, que ofrezca protección frente a barro, charcos, viento y llovizna.
Un producto recomendado para esta labor es PEROXILAC, una mezcla de peróxido de hidrógeno (0,5%) y ácido láctico (1,7%), disponible en presentación líquida o en espuma.

Imagen 2. Modelo de presellado (pre-dipping)
- Bienestar en estabulación: Espacios secos y limpios
En ganaderías estabuladas, las vacas deben contar con zonas amplias, limpias y secas. Asimismo, se recomienda alimentar los animales en el interior tanto como sea posible, evitando que se mojen y disminuyendo la exposición a ambientes hostiles.
- Atención especial para vacas vulnerables
Los animales con edema de ubre o lesiones en los pezones requieren un manejo diferenciado, ya que son significativamente más susceptibles a infecciones. En estos casos, el uso de selladores con alto poder germicida y acción cosmética resulta fundamental.
Los productos a base de yodopovidona —como U-20, U-20 MAX o Povizur 10%— se han consolidado como una de las opciones más eficaces.
De hecho, el uso de selladores adecuados puede prevenir hasta 1 de cada 2 casos de mastitis, una enfermedad que sigue siendo la más costosa y frecuente en la producción lechera a nivel mundial.

Imagen 3. Muestra del sellado en pezón con producto a base de yodopovidona.
- Selladores de barrera: defensa clave frente a patógenos ambientales
En ambientes con alta carga de barro, humedad y agentes contaminantes, los selladores de barrera ofrecen una ventaja adicional al generar una capa protectora sobre el orificio del pezón. Productos como BLOCKADE, a base de yodopovidona, han mostrado reducciones del 66% en infecciones recurrentes causadas por Staphylococcus aureus y del 100% frente a coliformes fecales.
La temporada de lluvias exige reforzar la higiene, el sellado y el manejo del ganado. Elegir un sellador PRE y POST ordeño que cumpla con cuatro principios —alto poder germicida, capacidad cosmética, cero inhibidores y óptima relación costo-beneficio— es una decisión que puede marcar la diferencia entre un hato saludable o uno vulnerable a la mastitis.

Tabla 1. Elaboración propia. Comparación uso de selladores y preselladores.
El impacto es significativo: mayor producción de leche, menos tratamientos veterinarios y un hato más saludable.